Monjas contra la trata: Trabajamos de forma clandestina contra los traficantes de personas



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Son como David luchando contra Goliat. Forman parte de RENATE, la red de religiosas que lucha contra el gigantesco negocio de la trata de seres humanos.

Sor Mónica trabaja a pie de calle. Cada semana recorre Roma para rescatar a jóvenes que han sido engañadas para ejercer la prostitución. 


SOR MONICA CHIKWE

RENATE

"Es una red mafiosa, comenzando por el país de origen, el de tránsito y el de destino. Son controladas hasta el final. Saben donde están, cuando llegan. Saben todo”.

Por eso, estas religiosas y sus colaboradores tienen que trabajar de forma muy meticulosa y discreta para sortear a las poderosas redes de tráfico de seres humanos.


SOR IMELDA POOLE

Presidenta, RENATE 

"En todos estos países tenemos refugios donde las chicas son enviadas y están a salvo. Sabemos que son seguros porque trabajamos en un entorno seguro. Y están en todos los países donde trabajamos pero tenemos que hacerlo de forma muy cuidadosa y clandestina”. }


Operan en 27 países europeos ayudando a niños, mujeres u hombres que han caído en mafias de explotación sexual o laboral. Su experiencia les dice que es posible escapar de los traficantes y tener una segunda oportunidad.}


IVONNE VANDEKAR

RENATE

"En mi país supimos de chica joven que trabajaba en un burdel donde la policía hizo una redada. Entonces la llevaron a la casa de las hermanas porque supieron que era una víctima de trata. Allí pudo descansar, volver a sentirse como un ser humano y no un objeto. Se quedó unas semanas, pudo volver a ser normal, a tener sus propias cosas e incluso volvió a estudiar”.

Esta joven de la historia, ahora es abogada. Otra de las chicas a las que ayudaron, pudo llevar a los asesinos de su hermano ante la justicia gracias a RENATE.



SOR IMELDA POOLE

Presidenta, RENATE 

"Fue muy importante para ella cumplir con su deseo de denunciar a los traficantes y hacer justicia. Nosotros acompañamos a las víctimas en cada paso del camino”.

Un camino en el que cada vez hay más personas a las que ayudar. La crisis de los refugiados está agudizando un problema que cada año engulle a más de 500.000 mujeres solo en Europa con fines de explotación sexual y laboral. En todo el mundo se estima que 21 millones de personas son la mercancía de este negocio que mueve 35.000 millones de dólares cada año.