Aprendiendo de María y Marta



En el comienzo del ministerio, Jesús iba de paso y entró por una aldea llamada Betania a
3 kmde Jerusalén.
Lucas 10:38-42

Una mujer llamado Marta lo invitó a hospedarse en su casa.
Marta como buena judía lo hospedó dedicándole muchas atenciones.
No alcanzamos a darnos cuenta de la importancia que tiene la hospitalidad en Oriente.

María, su hermana, reconociendo la importancia del invitado, en vez de dedicarse a la tarea de hospedadora se dedicó a oír las palabras de Jesús, sentándose a sus pies.

Esto fue motivo de un gran conflicto sobre el que queremos meditar hoy.

Acá tenemos diferentes tipos de personalidades y diferentes tipos de servicio.
Es un desafío para la iglesia el poder integrar a ambos.

Más adelante, en los últimos días de Jesús antes de morir en Jerusalén, vemos una escena muy parecida otra vez estuvo hospedado en la casa de ellas en Betania. Juan 12:1-8

Pero esta vez ambas habían aprendido a ubicarse cada una en su lugar, cada una en su ministerio.

Seis días antes de la última Pascua, le hicieron una cena a Jesús, estaba Lázaro el que había muerto y había resucitado, y las hermanas Marta y María.
Marta era la que servía, ahora sin afán, ocupando su lugar
Esto da lugar para que María también pueda desarrollar su ministerio

El perfil de Marta

Es el de una personalidad extrovertida y predominantemente pragmática
Es resuelta, es ella la que invita a Jesús a hospedarse, es ella la que sale al encuentro de Jesús cuando viene a resucitar a Lázaro
Es decidida, es quien enfrenta a Jesús y le reclama porque no vino a tiempo.
Es activa, ve lo que falta hacer y se encarga de hacerlo.
Es autosuficiente, puede hacer todas las cosas por sí misma


El perfil de María

Es el de una personalidad introvertida y predominantemente contemplativa
Es más indecisa, cuando supo que Jesús venía a resucitar a Lázaro ella se quedó en casa.
Jesús la mandó a llamar y salió corriendo a su encuentro.
Es reflexiva, tiene una profunda vida interior, puede reconocer su necesidad interior y así sentarse a los pies de Jesús para aprender de El.
Es generosa, puede gastar una fortuna para adorar a quien es digno de adoración.
No es autosuficiente, no sólo no es autosuficiente sino que los demás pueden percibir lo que ella siente y compadecerse de ella.
Jesús al verla llorar se estremeció en espíritu y se conmovió y Jesús lloró, así profundamente conmovido se acercó a la sepultura.
Los que quedaron sorprendidos por la resurrección de Lázaro eran los que había ido a consolar a María.


El conflicto de Marta

Las Marta son esenciales para la obra.
Son todos los que abran camino, los decididos aquellos que van al frente.

El secreto acá es reconocer las diferencias de personalidades y de ministerios, darnos libertad para que cada uno se desarrolle y poder asimilar aquello que necesitamos de los demás para poder tener un carecer y ministerio maduro.

Marta comienza su servicio al Señor con las mejores intenciones, es la que toma la iniciativa, la que invita y la que sirve.

El problema de Marta comienza cuando ve a María a los pies de Jesús, se turba su corazón.

Se compara, otra vez las comparaciones corrompiendo nuestro servicio al Señor.
Marta se turba y se afana, y termina inquietándose por muchas cosas.
Hasta que no puede más y le reclama a Jesús.

¿Te parece bien que mi hermana me deje sola sirviendo? Decíle, que me ayude

Esta tensión anula a las dos.
María no va a desarrollar su ministerio para no poner en crisis a Marta y viceversa.


Desarrollando nuestros ministerios

Necesitamos reconocer aquello que Dios nos ha dado desde nuestra personalidad y de nuestros ministerios.

Saber reconocer el valor y la complementaridad de otros ministerios, no juzgar ni entorpecer el desarrollo de otro tipo de ministerios.

Poder enriquecer nuestra personalidad y nuestros ministerios con aquellos aspectos que no son naturales pero que son indispensables para un servicio maduro y efectivo para el Señor.

El ministerio de Marta

Reconocer esa capacidad de servicio, ese placer de servir.
Saber aprovechar esa capacidad de ser una persona resuelta y encaradora.
No compararse con aquellas personas que tienden una tendencia contemplativa.
No turbarse, ni afanarse, ni cubrir ese afán con más actividad.

Aprender a ser contemplativa, las Martas tienen que entender que lo más importante es la relación íntima con Jesús y que el servicio por el servicio nos puede hacer equivocar en cuanto a las prioridades.


El ministerio de María

Saber estar a los pies de Jesús para aprender de sus enseñanzas.
No menospreciar el servicio. A Dios amaremos y a El le serviremos.
Amar sin servir, adorar son obedecer no es amor ni adoración.

Aprender a servir. El servicio desinteresado es lamedor evidencia de una verdadera contemplación. El adorar nos relaciona con el corazón de Dios y con aquello que carga el corazón de Dios.

Hay algo que quiero destacar de María de Betania que hoy todos podemos imitar

María supo estar a los pies de Jesús y contemplarle, pero no se quedó allí.

Con un corazón generoso se gastó toda una fortuna, el sueldo de casi un año, de 300 días, si ganaba 1000 $ se gastó 10.000$ en un perfume y ungió con sus cabellos los pies de Jesús.
De manera que toda la casa se llenó de ese perfume.

Hoy el estado de la iglesia está como está porque hay cosas muy serias que hay que modificar.

Hoy venimos a la congregación a recibir a que nos oren, muchos se enojan porque en esta iglesia no se ora por la gente, otras viene a ver un buen espectáculo, no se van del todo conforme por todo lo que recibimos en la adoración o lo que recibimos en el mensaje.

Tenemos que pedir perdón porque hemos errado.
A la presencia de Dios debemos venir con nuestra ofrenda.
Tenemos que traer todo a su presencia.

El altar no es para recibir es para morir, preguntele a los corderos.
Por alguna razón a Dios le gusta el olor a carne muerta, ese olor del sacrificio deleitaba su corazón.

Hoy le deleita de la misma manera el olor a nuestra carne debilitándose.
Nos hemos equivocado hemos hecho cultos para que nos gusten a nosotros.
Generalmente las reuniones que nos gustan a nosotros no son la que le gustan a Dios.

Dios se puede acercar cuando siente olor a muerte, cuando siente que nuestra carne se está chamuscando. A otros, Dios nos puede acercar porque siente olor a pecado también porque siente olor a mundo.

Nosotros oramos por fuego pero no nos ponemos en el altar.
Pongámosnos en el altar y pidamos que nos consumas con tu fuego

Juan Wesley dijo: pongo mi vida en el fuego de Dios y la gente viene para verme arder.

Cada uno tiene un perfume para venir al altar.
Un perfume que sólo Dios puede percibir.
El perfume de tu corazón quebrantándose en su presencia

Pasemos adelante con nuestro perfume no a recibir sino a darle a Dios lo que El merece.

APRENDIENDO DE MARTA Y DE MARÍA
Mensaje predicado por Juan Manuel Montané
Publicado en el blog “Soltar la Palabra”